En el marco del Día del Periodista, y organizado por el Superior Tribunal de Justicia, el sociólogo Kevin Lehmann brindó hoy una conferencia virtual donde habló acerca de la relación entre la prensa y la Justicia, los modelos comunicacionales de los Poderes Judiciales, la necesidad de cambiar mitos por datos concretos y la obligación de usar un lenguaje claro y accesible para todo el mundo, entre otros temas.
La disertación se tituló “La relación entre la Justica y el periodismo: tiempos de pandemia”, duró dos horas y se realizó a través de la plataforma Zoom. El presidente del STJ, José Roberto Sappa, fue quien presentó al expositor y al final instó a continuar profundizando el diálogo y la interrelación entre ambas partes. De la conferencia participaron otros tres ministros, Hugo Oscar Díaz, Fabricio Luis Losi y Eduardo Fernández Mendía; además de magistrados, funcionarios y periodistas de Santa Rosa, General Pico, Realicó, General Acha y Victorica, entre otras localidades.
Lehmann es sociólogo y el responsable de la comunicación de la Federación Argentina de la Magistratura y del Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires.
El conferencista afirmó, en alusión a la Justicia, que “tenemos que permitir que la sociedad nos vea, debemos dejarnos ver más que contar lo que hacemos”; y en ese sentido remarcó la necesidad de que se utilice un lenguaje simple y claro para que “la comunidad y el propio justiciable entienda” lo que expresan las resoluciones y sentencias.
Por ejemplo, risueñamente, pidió “no hablar más de las mil fojas, sino mejor de la mil hojas”, en alusión al postre; y planteó porqué la comunidad quiere a los maestros y a los médicos, pero no a los jueces. Ahí destacó que en servicios esenciales como la educación, la salud y la seguridad, hay sistemas públicos y privados; pero, en cambio, el servicio de justicia siempre fue público.
Por eso subrayó que en la Argentina se abren cinco millones de causas nuevas por año y que hay 5.000 jueces, y concluyó que “no estamos tan mal”. También dejó en claro que la prensa –especialmente la porteña– suele resumir el funcionamiento de la justicia del país en los jueces federales de Comodoro Py.
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Lehmann, al volver a la comparación con docentes y médicos, contó una experiencia vivida en Córdoba, donde hace años rige el juicio por jurado. “A una persona que es elegida para integrar el tribunal se le formula un breve cuestionario y, entre otras cosas, se la interroga sobre su percepción de la Justicia. A partir de eso se hizo una encuesta que mostró que la imagen negativa era del 85 por ciento; o sea que no difería de cualquier otra medición. En cambio, después de participar del jurado y haber dicho si un acusado era inocente o culpable, esas mismas personas le dieron a la Justicia una imagen positiva del 96 por ciento. Un número imposible de sostener. ¿Por qué cambiaron sustancialmente? Porque pudieron ver y sentir desde adentro lo que es condenar o absolver alguien”.
Otro tema que enfatizó el disertante fue que “la Justicia no hace justicia como valor absoluto; como la Salud no da salud. Lo que hace es actuar a partir de hechos y llegar a una conclusión lo más justa posible. Porque los hechos pasaron antes de que actuara y son inmodificables. ¿Por qué es así? Porque si lo que dijera un juez tuviera valor absoluto, ¿para qué permitir que las sentencias sean revisables? De hecho, cómo pensar que un juez es la persona más poderosa de la sociedad, si durante la tramitación de un expediente y su posterior sentencia está permanentemente controlado por las partes y, además, esa sentencia es revisada por otros tribunales”.
Más adelante, Lehmann propuso cambiar mitos por realidades. “Se habla de la puerta giratoria, sobre todo en la Provincia de Buenos Aires, pero resulta que hay unos 45.000 presos cuando la capacidad es de 25.000. Entonces, ¿dónde está la puerta giratoria? Ese no es un problema estadístico, es un problema comunicacional. Porque se habla de algo que no es real; como también pasó cuando se anunció recientemente la presunta liberación masiva de presos”. 
Por último, el especialista en comunicación judicial sostuvo que muchas veces los hechos no hablan por sí solo (“¿ocho años, es mucho o poco?”, inquirió), sino que hay que explicarlos. “Lo que ocurrió fue que los Poderes Judiciales aceptaron todas las trampas que les ofrecieron para alejarse de la sociedad. Y justamente lo que tiene que hacer, es no alejarse de ​ella.